Relato: El muñeco de Salazar
El muñeco de Salazar De vez en cuando, salgo a pasear por los campos que hay cerca de mi casa. Disfruto de la calidez de los rayos del sol mientras mis piernas y mi mente emprenden un viaje sin rumbo que tiene un efecto catártico sobre mi alma. Hace un par de años, estos campos ardieron por el descuido de un grupo de muchachos que se divertían abrigados por la oscuridad en las noches otoñales. Todo esto que ahora contemplan mis ojos no era más que un negro páramo, donde no había ni una brizna de hierba verde que animase la vista. El fuego había consumido la esencia misma de la naturaleza y, durante unos meses, parecía que la victoria de las ascuas sobre las plantas había sido absoluta. Pero entonces, la primavera regresó y las plantas nacieron de nuevo; las flores motearon el manto de césped verde con su alegre pigmentación, y los árboles, recuperados y con una energía renovada, volvieron a dar frutos. Ahora camino tranquilo entre la vegetación, disfrutando de la suave brisa del ...